Oradea: Calidez Descubierta

Daniel García Morán
Isabel Ortea Colunga

Salimos de Infiesto al amanecer del día 28 de abril, rumbo a una tierra desconocida por unos y criticada por otros: Oradea, en Rumania.
Al llegar allí nos encontramos una ciudad en plena fase de cambio, abriéndose a Europa e intentando adaptarse a la situación actual. Viejos tranvías circulaban entre grandiosas fachadas, que daban muestra de su esplendor pasado y nos remontaban al Imperio Astro-Húngaro.

La disculpa para esta visita era participar en un proyecto Comenius, de dimensión europea, titulado “Inside Landscape, Landscape Inside” en el que participaban el IES de Infiesto, el instituto Andrei Mourosano de Oradea, Rumania, la escuela Montemurro de Gravina, en Italia y el 2º Lyceo de Tesalónica, Greecia.
Todos nos quedamos asombrados del calido recibimiento de la gente. En la escuela, profesores, alumnos y sobre todo su director Gheorghe-Lazar Erdeli.
Se volcaron en enseñarnos sus tradiciones, en acercarnos a sus costumbres y que degustáramos su gastronomía.
Recorrimos las calles de Oradea, visitamos iglesias de diferentes cultos: católicas, ortodoxas y evangelistas entre ellas la “Biserica cu Lună”, una iglesia única en Europa con un reloj mecánico que indica las fases de la luna, el Pasajul "Vulturul Negru" un pasadizo adornado por impresionantes vidrieras coloradas con un Águila negra.
Conicimos el Teatrul de Stat – El teatro del estado, diseñado por arquitectos austriacos, y que homenajea en su fachada a las 6 musas de las artes.
También tuvimos el honor de contemplar la ciudad desde su punto más alto, la torre del ayuntamiento, donde nos explicaron un poco de la historia de Oradea y de sus planes de modernización y de futuro.
Nos quedamos impresionados al visitar la “Cueva del Oso”, de unos 3 Km. de largo, y donde se encuentran el mayor número de restos de osos de Europa. Nos hicimos fotos en la reserva natural “Lotus”, que en rumanos significa “nenúfar” y disfrutamos viendo las tortugas y las ranas que correteaban entre sus hojas.
Nos relajamos en el centro de salud Băile Felix, único en Europa por su concentración de agua mineralizada a 40 grados con propiedades depurativas y curativas para la piel.

De esta visita queremos destacar sobre todo la convivencia entre profesores y alumnos de otros países y comprendimos que una Europa intercomunicada y unida es posible y que no hay problema que no se solucione con el dialogo, el respeto y la tolerancia.
Todo esto nos hará recordar siempre a una Rumania y sobre todo a una gente, que nos recibió con los brazos abiertos y nos ofreció su casa y su cariño.